Plaza de Valladolid. Media entrada. Pablo Hermoso de Mendoza (oreja y oreja); Lea Vicens (oreja y
oreja); y Sergio Pérez Lorenzo (oreja y dos orejas). San Pelayo (1, 4, 5 y 6) y Carmen Lorenzo (2 y 3).
Primer toro de la Ganadería de San Pelayo, número 42, de nombre Romerito, 531 Kg: De salida JIBARO (3 rejones de castigo); en banderillas BERLIN (2 banderillas) y PORTOBELO (2 banderillas); y para el último tercio GENEROSO (tres cortas y un rejón de muerte).
Segundo toro de la Ganadería de San Pelayo, número 23, de nombre Bailador, 592 Kg: De salida JIBARO (2 rejones de castigo); en banderillas NAIROBI (2 banderillas) y ORFEO (1 banderilla): y para el último tercio GENEROSO (tres cortas y un rejón de muerte) Pablo abrió plaza con esa lluvia fina y cortó una oreja a su primero tras un rejón de muerte efectivo. No dio la vuelta al ruedo con el trofeo debido a la lluvia y por respeto al público que estaba mojándose en los tendidos. A este toro lo paró muy bien con PORTOBELO, con quien también colocaría dos banderillas llegando mucho al toro.
Paró la lluvia al terminar el navarro y regresaría en el cuarto, ahora un autentico aguacero ante el que Hermoso de Mendoza puso raza y vergüenza de un maestro que más que retirarse, parecía que se tenía
que ganar la colocación para la próxima feria. Brindó este toro a Fernando Fernández Román, periodista y amigo que desde una barrera comprobó como Pablo labraba una faena basada en la frontalidad desde el
tercio de salida con JIBARO, hasta las banderillas con un sorprendente NAIROBI que a pesar del estado del ruedo cuajó soberbias piruetas. Faena que merecía dos orejas pero que el rejón de muerte, algo trasero dejó en un solo trofeo a pesar de la petición.
Homenaje de la empresa organizadora después de dar la vuelta al ruedo y octava salida a hombros por el Paseo de Zorrilla para un torero que asombró en este coso cuando siendo un desconocido se presentó en 1990 y maravilló a todos los presentes o cuando en 1995, ya en la era de Cagancho, cortó un rabo a un toro de José Vázquez.
Jesús Javier Corpas-Mauleón