Me he saltado la crónica del domingo pasado, la corrida de La Quinta. Lo sé, pero dejando una sentencia como la que ahora expongo creo que resumo muy bien lo que vimos aquella tarde: el milagro del toreo de Uceda Leal.
Bienaventurados los que buscan la pureza, porque de ellos será la verdad. Más allá de los grises, y tras una semana muy gris en lo taurino a excepción de Fortes el pasado miércoles, encarábamos el fin de semana con uno de los carteles más esperados de la feria y, en consecuencia, con la afluencia de hordas de bebedores de viernes a la plaza. Pero bueno, bien está lo que bien acaba, si bien lo mejor de la tarde de Madrid fue el rabo de Morante en Jerez. En fin… lleno de “se acabó el papel”.
Toros de Victoriano del Río. Seis y dos sobreros, de buena presentación todos exceptuando el segundo sobrero que, si no es por la capa, se queda en toro de Sevilla. No hubo que devolver ninguno por suerte. De juego variado, muleteros, todos ellos de nulo juego en el caballo. Al final resulta que la buena fue la primera, el nivel de casta rayó bajo mínimos en esta segunda corrida. Y los matadores pues bueno, de todo hubo: Emilio de Justo –de nazareno y oro, muy bien vestido–, Roca Rey –de un mostaza y oro feísimo– y Tomás Rufo –de un verde y oro simplón, de corte moderno–.
Emilio de Justo, sin estar del todo, estuvo. Con el primero de la tarde, un toro de media altura y algo bronco al final del muletazo que se paró al final, estuvo bien, sobre todo por el pitón derecho, y le hizo una media faena de mando que si lo mata le corta una oreja. Pero claro, matando de un pinchazo hondo, dos pinchazos, otro pinchazo hondo, media estocada arriba y un descabello tras aviso, tiene que dar gracias que no le pitasen. Con su segundo estuvo mejor, sin estar del todo bien. Pero comparado con el
domingo pasado, hoy sí templó al toro y lo mandó sacándole tandas, sobre todo una por el izquierdo, muy buenas. En el toreo accesorio también brilló, haciendo las cosas con mucho gusto e incluso improvisando. Esta vez se tiró por derecho y le cayó la estocada trasera y desprendida. La puerta grande se le esfumaba otra vez. Silencio y oreja.
Roca Rey tuvo el lote de uno y uno. Se llevó el segundo toro que fue el más encastadito de la corrida, sin ser la panacea, y que aunque algo bronco –cosa corregible pero que el indio no quiso ni intentar– en los inicios de embestida metía bien la cara y además repetía. Lo pasaportó sin más, tras a penas un par de tandas de muleta donde la buena colocación brilló por su ausencia. Menos mal que es buen matador de toros, y se lo quitó del medio con una media estocada arriba y una entera caída. El toro murió con la boca cerrada, el único de la tarde. Con su segundo más de lo mismo, pero esta vez justificado ya que fue un mulo sin fuerzas que quería y no podía ni con su alma. Una colocación terrible sin ser lo que pedía el toro, medios muletazos y pocos limpios, como con el capote. De nuevo muy buena espada: estoconazo al volapié, ejecutado de excelente manera, tras un pinchazo arriba. Silencio y silencio.
Rufo, el toledano, estuvo casi que el que mejor. Con sus dos toros, aunque acabó por joderse el primero él solito por empezar de rodillas. Un hombre sólo se arrodilla ante Dios. Pero, dejando aparte este error, estuvo bien con su primero. Templado que venía el toro ya desde uno de los trapazos de rodillas, lo llevó muy al límite, a media alturita, y se lo echó sl hombro como pudo sacando naturales de mucho gusto, y toreando en una baldosa. Con el sexto fue igual: pudo hacer la faena en apenas diez metros cuadrados, templado y mandando mucho al toro aunque se le puede achacar una mala colocación. Por momentos muy bien al hilo, por momentos fuera, pero fue una faena rotunda de una oreja –la gente hubiera pedido las dos– que malogró con la espada. Media estocada arriba, pinchazo hondo arriba y estocada desprendida. Eso pasa por salirse de la suerte antes de lo que toca. Silencio y muy justa vuelta al ruedo.
Pero en definitiva esto no es lo importante, ayer nos ocupó más durante el quinto enterarnos de que Morante había cortado un rabo que la misma corrida. Pero, tras de esto ¿Qué hacemos? ¿Cómo vamos hoy a ver el mano a mano sevillano entre los dos lados del Guadalquivir? Pues a duras penas, porque Morante repite en Jerez y tendremos que estar pendientes. Por lo pronto, la corrida de Juan Pedro es muy seria, luego ya veremos.
~ R. A. M. M.