El diestro Víctor Hernández presenta una cornada más extensa de los 15 centímetros inicialmente tratados, según ha podido comprobar el doctor Enrique Crespo quien ha explorado al torero en las últimas horas. De ahí, los intensos dolores que no desaparecían a pesar del tratamiento y del alta hospitalaria. El percance sucedió el pasado 30 de agosto en la plaza de toros de Sacedón, donde el primero de la tarde, del hierro de Torrealba, le infirió una cornada en la cara posterior del muslo derecho.
El torero presentaba fuerte dolores en la zona intervenida además de un hematoma en la zona superior del orificio de entrada, según ha señalado el doctor Crespo, lo que hizo sospechar que la extensión de la herida era mucho mayor y más extensa, cuestión descubierta tras una radiografía.
En un principio, con tratamiento antibiótico y sesiones de fisioterapia se va a observar la evolución de la herida. Al no presentar fiebre en las últimas horas todo hace indicar que el torero ha respondido al tratamiento por lo que no se ha decidido volver a intervenir quirúrgicamente, por lo menos de momento, dependiendo de la evolución.