Bruno Martínez afrontaba su séptimo compromiso agosteño este 26. Consistía en la lidia de un marqués de Domecq del hierro de Santafé Martón en Pioz, Guadalajara.
El eral de Martón salió fuerte, brusco… Muy complicado. Especialmente por el pitón izquierdo, por donde todas las veces que Bruno se puso, se colaba buscando el pecho del novillero.
Iba algo mejo por el derecho, permitiendo al navarro enjaretarle hasta veinte buenos muletazos; terminó con unas manoletinas; estocada y una oreja más para el esportón.
Jesús Javier Corpas-Mauleón