En el día de hoy, el mundo del toreo ha perdido a una de sus figuras más emblemáticas: Rafael Peralta, rejoneador, ganadero, compositor y pionero del turismo rural, falleció en Sevilla a los 92 años, víctima de una neumonía. Su muerte marca el final de una etapa brillante para el arte del rejoneo, que junto a su hermano Ángel Peralta llevó a nuevas cotas de popularidad y reconocimiento.
Desde su debut en 1957, Peralta se destacó por un estilo alegre y elegante, alcanzando cifras récord en la plaza: más de 500 festejos, cerca de 1.800 orejas y varias temporadas como líder del escalafón. Su legado también abarcó la cría de caballos españoles, la fundación del Rancho El Rocío y la composición musical, con títulos como Entre dos yeguas y Tócalo, tócalo.
La capilla ardiente ha sido instalada en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de La Puebla del Río, donde será despedido por familiares, amigos y admiradores. Le sobreviven su esposa Mamer Revuelta y sus cuatro hijos, entre ellos Rocío Peralta, reconocida diseñadora.
Rafael Peralta fue un símbolo del campo bravo andaluz y un referente cultural que dejó huella dentro y fuera de los ruedos. Su partida deja un profundo vacío en la tradición ecuestre española y en el corazón de quienes lo conocieron.