Rafaelillo sufrió una durísima cogida en el cuarto de la tarde después de que el toro, le sorprendiera cogiéndole de mala manera por el pecho y la taleguilla en diferentes ocasiones.
Tras unos minutos, se recuperó y volvió a la cara del toro, aunque con gestos evidentes de dolor. Tras matarlo y pasear una oreja, se dirigió directamente a la enfermería.