Emilio de Justo ha sido el triunfador de la tarde al cortar una oreja de cada toro después de actuaciones entregadas en las que sacó el máximo partido de sus oponentes. También El Cid tocó pelo en su primero después de una gran faena al mejor toro de la corrida de La Quinta para la que se pidieron dos orejas que el presidente dejó en una. Ese toro fue premiado con la vuelta al ruedo. Daniel Luque se esforzó por sacar partido de dos toros que no tuvieron transmisión pero a los que sacó todo el partido posible sin poder unirse al triunfo. Fue ovacionado.
FICHA:
Se lidiaron toros de La Quinta, bien presentados. El primero, número 22, de nombre ‘Dorado’, de 515 kg, fue premiado con la vuelta al ruedo.
El Cid, oreja con petición de la segunda y ovación.
Daniel Luque, ovación y ovación.
Emilio de Justo, oreja y oreja tras aviso.
Casi lleno.
Saludaron en banderillas Iván García, Jesús Arruga, Lipi, Maguilla y Abraham Neiro
COMENTARIO:
El Cid toreó de capa templado a la verónica al toro que abrió plaza. También se lució al colocarlo en suerte. El toro tomó bien dos varas y picó muy bien Manuel Jesús Ruiz Román. El Cid brindó al público y comenzó con dos buenas series por el pitón derecho en las que el toro se abría con mucho recorrido. También al natural lo llevó largo en dos series a más antes de lograr la cumbre de la faena toreando en redondo por el derecho con naturalidad y abandono. Hubo calidad en la fase final de la faena. Mató de estocada trasera y cortó la primera oreja de la tarde aunque hubo fuerte petición de la segunda, que no fue concedida por el palco. El toro fue premiado con la vuelta al ruedo.
El cuarto embistió bien al capote de El Cid y el torero se lució a la verónica. Cuidaron al toro en el caballo y hubo quite de Luque. Lipi puso dos pares de riesgo y mérito y saludó junto a Juan A. Maguilla. El Cid se encontró con una embestida corta en la muleta pero a base de dejar la muleta en la cara fue encelando al toro y logrando buenos momentos con la derecha. Al natural el toro planteó más problemas al hacer hilo y mirar mucho. Cuando volvió a la derecha tuvo el mérito de extraer muletazos y de terminar con un arrimón serio. No estuvo acertado con el acero.
Daniel Luque no pudo lucir de capa en el segundo, que estaba justo de fuerza. Fue medido en el caballo y se lucieron en banderillas Iván García y Jesús Arruga. Luque brindó al público y cuidó con suavidad y temple al de la Quinta. De este modo logró sacar el máximo rendimiento de un animal noble pero sin poder. Dio series de mérito y la faena en conjunto lo tuvo por entender a la perfección a un astado con limitaciones. Mató de estocada y fue ovacionado.
Cárdeno claro fue el quinto, que no se prestó al lucimiento con el capote ni brilló en la pelea en varas. Brindó al ganadero Martínez Conradi y de nuevo se encontró con el problema de la falta de fuerza. Le costaba ir hacia delante al toro y Luque se empleó para convencerlo y robarle algunos muletazos estimables por ambos pitones. Destacó una serie al natural en la fase final. Mató de estocada y fue ovacionado.
Emilio de Justo no pudo lucirse de capa en el tercero al no emplearse el de La Quinta. Comenzó la faena con bonitos doblones y se lució en dos series con la derecha que crearon ambiente. Logró meter al toro en la muleta y estuvo más a gusto por el pitón derecho en una labor de mérito en la que la viva embestida del astado impuso un ritmo al trasteo y también una emoción. Mató de estocada de rápido efecto y le pidieron la oreja.
Emilio de Justo recibió al sexto con larga cambiada en el tercio y un toreo lidiador con el capote. Medido en el caballo, el toro dio una voltereta en la brega. Abraham Neiro se lució en banderillas y saludó montera en mano. De Justo brindó a El Cid y se las vio con un toro que no fue claro y que le avisó hasta en tres ocasiones por el derecho. Emilio no volvió la cara y se midió de tú a tú con él pero limitado por un animal sumamente peligroso. En la fase final de la faena dio el paso, atacó con gran entrega y logró series de mucho mérito por ambos pitones jugándose literalmente los muslos. Esfuerzo titánico del torero cacereño para cerrar la tarde que le valió el corte de una oreja.