El pasodoble “Xàbia” fue compuesto en 1976 por el maestro Salvador Salvà Sapena, director de la banda de música de Jávea (Xàbia), localidad costera de la Comunidad Valenciana. Salvà, profundamente vinculado a su pueblo, quiso crear una obra que capturara el espíritu mediterráneo, festivo y luminoso de Xàbia. La pieza fue ensayada meticulosamente con la banda local, simplificada y refinada hasta alcanzar una estructura perfecta: una introducción inspirada en la jota y un trío de solo siete notas.
“Xàbia” destaca por su sencillez melódica, lo que ha facilitado su interpretación por bandas de música de todo el mundo. Su ritmo es “allegro ma non troppo”, ideal para pasacalles, y su armonía evoca el mar, la fiesta y la tradición. Aunque originalmente fue concebido como un pasacalle, rápidamente se integró en el repertorio taurino y festivo, convirtiéndose en un símbolo de la música popular valenciana.
Desde su publicación, “Xàbia” ha sido interpretado en los cinco continentes, desde México hasta Kazajistán, pasando por Francia, donde se vinculó al mundo taurino. Incluso ha sido banda sonora de la película francesa Le fils à Jo (2010), lo que demuestra su capacidad para emocionar más allá de las fronteras culturales.
En 2018, el Ayuntamiento de Xàbia aprobó una moción para declarar el pasodoble como Bien de Relevancia Local, reconociendo su valor patrimonial y emocional. El alcalde José Chulvi lo definió como “la banda sonora imprescindible de nuestras fiestas”, presente en celebraciones como les Fogueres, Moros y Cristianos y la Mare de Déu de Loreto.
Salvador Salvà falleció en 2011, pero su legado musical vive en cada interpretación de “Xàbia”. Su hijo, Miguel Salvà, ha compartido cómo su padre trabajó incansablemente para perfeccionar la obra, que hoy es considerada uno de los pasodobles más interpretados del mundo, solo superado por “Paquito el Chocolatero”

